En nosotros pesan las malas experiencias que han tenido compañeros o conocidos. El miedo atávico a perder lo poco o mucho que hasta la fecha hemos conseguido si sufrimos la venganza de la insaciable patronal, ante la que es más que seguro nos veremos solos y abandonados.
Y cuando llega el momento nos damos cuenta que seguramente desconocemos las verdaderas razones de la convocatoria. Unos no las entienden y otros no las quieren saber por miedo a estar de acuerdo y tener mala conciencia si decides trabajar. Me gustaría saber cuantos haríamos huelga si nos aseguraran que jamás nadie se iba a enterar de que habíamos hecho el “esquirol”.
Pero somos precisamente los que ingenuamente pensamos que nunca seremos víctimas de las circunstancias, – sean éstas de carácter real o arbitrario –, los que estamos más sometidos a las “sutilezas” es esta “DEFORMA LABORAL”. En los despidos basados reajustes y desajustes estructurales de viabilidad empresarial, una vez establecida la situación irreversible, la lucha se dirige a las compensaciones. Que el despido le salga bien baratito a la empresa y así animarla a que no se rompa la cabeza buscando otras soluciones. Pero que hay de los despidos personalizados. Los despidos basados en “Le despido a Ud. porque es feo de cojones y estamos depurando la imagen de la empresa” o “Ud. no da el perfil. mírese al espejo”.
FIN DEL DESPIDO NULO – Antes cuando el machacado de turno acudía a Magistratura, ésta podía decidir que el despido era nulo con lo que la empresa estaba obligada a readmitir al empleado. Ahora con las maravillosas modificaciones de la Ley laboral la empresa ya no esta sujeta a esta obligación. Así sabe que por un módico precio –ahora más barato-, el empresario se puede librar de este ser molesto que no se pliega a sus políticas salvadoras del país.
Y mientas, la derecha vuela en círculos sobre un tema que, salga la bola que salga en el sorteo, siempre tendrá premio. Aquí, y lo digo sin entrar en profundidades, los que tienen un papel un poco más complicado son los sindicatos convocantes. Tachados por unos de traidores al sistema y otros de vividores inútiles, tienen que pensar un poco en el “día después”. Aunque es de todos sabido que la fuerza de un sindicato es proporcional a el riesgo que están dispuestos a asumir los trabajadores. Pero eso, como dicen en algunas novelas, es otra historia.
LA HAGO
ResponderEliminarEl dia 29 quien esta en contra de la reforma y los recortes sociales hará huelga y quien defiende la postura del gobierno y la patronal irá a trabajar.
Después ya habrá tiempo de exigir a los sindicatos un cambio.
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En un futuro, no tan lejano...
Papa, ¿Porque trabajamos hasta los 75, tenemos una jubilación que no nos da para vivir, trabajamos 16 horas diarias y tengo que pagar un seguro medico? ¿Porque en su día no luchasteis por nuestros derechos?
Que le vas a decir:...
- Es que no me caen bien los sindicatos.
- Es que me iban a quitar 50€ por no ir a trabajar.
- Es que me pueden despedir (mentira).