Castigo a las enfermedades cortas

Se dice que hay sanos que están de baja, pero también enfermos que están obligados a trabajar. ¿Y cómo puede ser eso? La respuesta es fácil, porque gracias a la desidia e incompetencia de nuestro gobierno las listas de espera en nuestros centros de asistencia se han hecho infinitas e insufribles.

Cualquier paciente que por su enfermedad deba pasar por un par de especialistas y después ser intervenido seguro que pasa del año de baja cayendo en la desesperación y pasando por  el típico mal trabajador que quiere vivir a costa del esfuerzo de los demás.

Y la nueva reforma laboral no ayuda. Una reforma laboral que desde el mundo empresarial se dice insuficiente. Difícil es valorar sí detrás de las reformas está un incierto interés por el bien de la masa trabajadora a fin de reducir  el número de parados o lo que se quiere es satisfacer la invariable sed de beneficios que tiene la cúpula empresarial. Además una reforma laboral que alienta el fraude. Y ahí va un ejemplo:

En uno de los apartados de tan nefanda ley se dice que puede ser casusa de DESPIDO PROCEDENTE lo siguiente:  “por faltas de asistencias al trabajo, aún justificadas pero intermitentes, que alcancen el 20% de las jornadas hábiles en dos meses consecutivos, o el 25% en cuatro meses discontinuos dentro de un periodo de doce meses.

Pero ahí llega lo más tentador: “No computan como falta de asistencia entre otras: la baja médica de más de 20 días”

Me puede convencer alguien que recaiga de una gripe o un mal constipado en no prolongar la segunda baja –si el médico lo estima necesario- hasta más de los 20 días para que no cuente. ¿Quién, sin necesidad de ser tachado de honesto y fiel trabajador, no ha vuelto a trabajar sin estar del todo curado de cualquier achaque?. Y ahora ¿para qué arriesgarse? para no poder recaer salvo castigo ignominioso.

Que fácil es clamar por la insuficiencia de las medidas reformistas en el mundo laboral. Sólo el miedo al enfrentamiento con los trabajadores impide que se caiga en la tentación de imponer medidas draconianas que condimentadas con la consiguiente propaganda de miedo y meter en un puño a la gente que osa querer tener para vivir decentemente el día a día.

Porqué no se pone más interés en implementar medidas que controlen el falso absentismo, pero también, contra la crecientes corrupción. ¿A que no se le había ocurrido a nadie?